ACTO DEL 3 DE SEPTIEMBRE DE 2004

REPUDIAMOS LA CONSAGRACIÓN DE LA IMPUNIDAD



















DISCURSO ACTO DE REPUDIO DEL 3-9-04

Hoy, 10 años después de la masacre de nuestros familiares y amigos en esta misma calle, y a pocas horas de finalizado el juicio oral, estamos aquí para repudiar un veredicto infame, producto de un juicio fraudulento, que acaba de poner en libertad a los pocos acusados por la masacre impune de la AMIA, todos ellos vinculados a la Policía Federal, a la Bonaerense y al Servicio de Inteligencia del Estado. Compartimos con ustedes el dolor y la tristeza que nos produce tanta infamia. Durante años advertimos que el conjunto de los poderes del Estado y hasta las querellas que supuestamente nos defendían, nos arrastraban a este desenlace. Durante años, apenas un puñado de familiares y amigos denunciamos y nos opusimos con todas nuestras fuerzas a cada una de las maniobras que desde la Presidencia de la Nación, las embajadas extranjeras, el Poder Legislativo y el mismo Poder Judicial, realizaban contra nosotros en nombre de la “verdad” y de la “justicia”. Aquí estamos de pie. Vinimos a denunciar tanta miseria, tanta infamia, y a responder al desafío de cambiar el rumbo para terminar con la impunidad. Alguna vez tuvimos que escuchar, incluso de boca de Duhalde o de algunos diputados arropados de progresistas que pretendían ser intérpretes de nuestros sentimientos, que había que “disculpar” o “perdonar” a los familiares de las víctimas. Cada vez que acusábamos al Estado por sus responsabilidades criminales, nos decían: “pobrecitos... dicen pavadas porque están dolidos”. Ahora... que el juicio terminó garantizando la impunidad de los criminales y del Estado mismo. Ahora... que los hechos nos han dado la razón. Ahora... cuando ya pasaron 24 hs. y el Presidente Kirchner mantiene la boca cerrada, mientras los abogados de todas las querellas salieron como bomberos a defender el fracaso de un juicio al que siguen considerando “justo”. Ahora... los que venían a hablar en nuestro nombre y prometían superar la “vergüenza nacional” de la investigación, mantienen cerrado el pico y son incapaces de explicar qué pasó, cómo se pudo llegar hasta aquí, y cuál es su propia responsabilidad en esta trama de impunidad. Entonces somos nosotros, otra vez, los que superando tanto manoseo y el dolor en el que pretenden hundirnos, venimos a compartir con ustedes nuestras reflexiones y dar respuesta a tantos interrogantes. Por eso levantamos esta tribuna. Por eso ellos no están aquí: se callan la boca y se solidarizan con la impunidad! Al igual que el 18 de julio pasado en Plaza de Mayo, nos sentimos muy bien acompañados aquí. Aquí estamos junto a otros familiares y amigos de las víctimas del ataque a la AMIA, junto a las organizaciones sociales, estudiantiles y de derechos humanos, que enfrentan el accionar criminal del Estado y la impunidad. Aquí estamos, apoyados en una conciencia de lucha por la búsqueda de la verdad, en contra del Estado que la oculta. La primer pregunta que nos formulamos y que hay que responder es la siguiente: Con este fallo... estamos un paso más cerca de la “justicia” o de reforzar la impunidad en nombre de la defensa del “estado de derecho”?. El juicio oral, calificado de “histórico” por la querella unificada de AMIA/DAIA y de “justo” por Memoria Activa, acaba de terminar la tarea para la cual fue pergeñado. Desde el principio, todo se armó buscando salvar las dificultades que tuvieron para liberar a este puñado de acusados de integrar la llamada “conexión local”, vinculados a la Policía bonaerense y a los servicios de inteligencia del Estado. Jueces, fiscales, espías, torturadores y enviados gubernamentales negociaron con ellos desde el comienzo, con el objetivo de preservar la responsabilidad criminal del Estado mismo en este ataque terrorista. Los mismos jueces que anularon la causa brigadas, que anularon el allanamiento a la casa de Telleldín, que absolvieron a Telleldín hasta del delito de adulteración de documento público y a Ribelli del de extorsión, no anularon todo el juicio para cubrirse sus propias espaldas y las del Estado encubridor. Estos mismos jueces que hoy se arrogan la acreditación del pago de $400.000 a Telleldín, ocultan que ese pago está acreditado desde hace dos años en la causa que Bonadío deliberadamente cajoneó para no atentar contra la sustanciación del juicio. Los mismos jueces que durante los tres años de juicio se negaron a exigirle al Poder Ejecutivo de turno la entrega de los archivos secretos del Estado referidos al atentado donde se esconden las pruebas de su accionar criminal, y que negociaron con Duhalde y Kirchner mantenerlos en secreto, terminaron su trabajo poniendo en la calle a los acusados... por “falta de pruebas”. Entonces... Qué tiene este jucio de “histórico” o de “justo”? ¡Con la libertad de los acusados en la masacre de la AMIA, se agrava la impunidad!. Pero aunque parezca increíble, los abogados y las instituciones que pretenden representarnos dicen lo contrario... Ellos comparten los mismos argumentos con Telleldín, Ribelli y compañía. El llamado “juicio histórico y justo” resultó ser un verdadero fraude y liquidó cualquier esperanza de obtener justicia de la mano de instituciones y funcionarios que se esforzaron por “judicializar” este verdadero acto de terrorismo de Estado en democracia. Ahora que esta farsa judicial se terminó, estamos en presencia de un hecho único en el mundo: los acusadores y los defensores se pusieron de acuerdo en reivindicar este fallo infame, porque -dicen- se trata de jueces independientes que van a puntualizar las irregularidades cometidas durante el proceso. Pretenden confundirnos una vez más. Nosotros decimos: estos jueces no son independientes ni lo podrían ser. Hace ya varios días, en un artículo publicado por el diario La Nación, un ministro de máxima confianza del Presidente se atrevió a reconocer bajo condición de anonimato que -textual- “sería peor para la imagen internacional de la Argentina que hubiera condenas. ‘Eso sí hablaría mal del Gobierno’”, dijo el ministro. Por eso no hubo condenas... Respondieron a las órdenes de la Presidencia de la Nación y a la presión de los mismos Estados aliados que durante 10 años encubrieron su propia criminalidad, enviaron a sus propios servicios secretos a investigar el atentado a la AMIA, se negaron a revelar sus conclusiones y aún hoy presionan por mantener los archivos secretos argentinos bien cerrados. Cuando un ministro de la máxima confianza del Presidente hace este brutal reconocimiento y envía la señal esperada por los jueces, tiene que esconderse en el anonimato. Conspiran en silencio... Por eso prefieren mantener la boca cerrada. Y después nos vienen a prometer futuras investigaciones. Ahora... para mostrarse “ecuánimes”, los jueces prometen armar decenas de nuevas causas por las irregularidades y delitos cometidos por funcionarios públicos y hasta por los mismos recién absueltos de culpa y cargo. En estas condiciones, alguien puede creer que los nuevos pedidos de investigación pueden tener un destino mejor que las 75 causas conexas que ya se están tramitando? Qué criterios de independencia o de ecuanimidad pueden tener estos jueces que después de mostrarse críticos con el Poder Ejecutivo, con el Poder Legislativo y con el mismo Poder Judicial, que después de anular las pruebas más evidentes de la participación de los policías y agentes de la SIDE son incapaces de hacer una acusación formal contra el Estado al que ellos mismos protegieron con su fallo? La respuesta no deja lugar a dudas... El Estado termina armando cientos de causas para exculparse a sí mismo de sus responsabilidades criminales. Ni los jueces ni el juicio son sinónimos de independencia o ecuanimidad. Son lo opuesto al reclamo de justicia. Durante 10 años, cada uno de los Ejecutivos, cada uno de los Legislativos y todas las instancias del Poder Judicial, concretaron la decisión política de votar leyes y firmar más de una docena de decretos para favorecer a los ahora liberados y para encauzar el tema AMIA hacia la impunidad. Es más: los mismos funcionarios de inteligencia que, desde Menem para acá, están cuestionados por su directa participación en el encubrimiento, son los mismos que custodian la documentación que, a pesar de las promesas de apertura que hizo Kirchner, sigue siendo secreta. Son los mismos funcionarios de inteligencia y del Ministerio de Justicia los encargados de concretar la política del Estado de incriminar al “terrorismo internacional” desvinculando de cualquier responsabilidad al Estado argentino mismo. Son las querellas que dicen hablar en nuestro nombre las que deliberadamente minimizan la gravedad que tiene la libertad de los criminales y el reforzamiento de la impunidad de las políticas de Estado. Lo hacen para justificar el fracaso de los jueces y el de ellos mismos en su esfuerzo por avalar las políticas encubridoras del Estado. Bajo la dirección de las ya fracasadas querellas de DAIA/AMIA y de Memoria Activa, bajo la dirección de la ya fracasada Unidad Especial de Investigaciones AMIA del Ministerio de Justicia y la de sus socios de la SIDE, no hay nuevas esperanzas, ni nuevas causas ni salida alguna contra la impunidad. Ahora...quienes desde la prensa oficial acompañaron toda esta construcción político-jurídica de la impunidad de las instituciones del Estado durante los últimos 10 años, hoy rescatan la “valentía” de estos jueces miserables, con la esperanza que sean ellos mismos los que conduzcan la renovación del repodrido sistema judicial y de su “estado de derecho”. No cuenten con nosotros! No nos vamos a sumar a nuevas maniobras ni a nuevos manoseos! Quienes depositen su confianza en estos manipuladores profesionales, volverán a terminar en la desesperanza, en el sentimiento de traición y frustración, y con la sensación de que nada vale la pena. Ni los escribas oficiales, ni los funcionarios del gobierno, ni las instituciones que suponen tener alguna representación nos van a desviar de nuestros reclamos, de nuestras denuncias y de nuestras exigencias. Todos ellos, repetimos, ya fracasaron. Pero entonces... qué hacer? Hay alguna alternativa? NOSOTROS DECIMOS QUE SÍ! La responsabilidad por nuestro futuro la empezamos a construir nosotros mismos. Por ello creemos necesario cambiar el rumbo y no seguir dependiendo de las políticas y maniobras de todos estos fracasados. Creyeron que con este fallo miserable iban a poner punto final a nuestros reclamos, que no podríamos salirnos del lamento. Se equivocan!!!. Este NO es el último acto que realizaremos en conjunto para sostener nuestra voluntad y compromiso de lucha. Es el primero, y es un éxito! Con distintas excusas, hace años nos dividieron para facilitar las políticas de encubrimiento. Desde APEMIA les reiteramos nuestra propuesta del 18 de julio pasado a todos los familiares de las víctimas de la masacre de la AMIA: vayamos juntos, nuevamente, llevando nuestros reclamos comunes. Les proponemos luchar por la apertura de los archivos secretos del Estado. Abrirlos es una tarea imperiosa. Piensen que la única decisión que tomó el Tribunal antes de largar a los acusados fue preservar los secretos de Estado que negociaron con Duhalde y Kirchner. Nosotros presentamos una alternativa política... a las políticas de impunidad del Estado y de sus socios locales. En este esfuerzo común no vamos a estar solos. Los familiares de las víctimas del gatillo fácil, de los desaparecidos, de la violencia institucional, los familiares de las víctimas del Puente Pueyrredón, de Río III o de los crímenes más recientes, ya pueden ver su propia imagen en el espejo de la AMIA: la impunidad de las políticas de Estado pulveriza toda ilusión de justicia. Por eso, abrir los archivos secretos es una causa común. La apertura de los archivos secretos es un golpe en el corazón de la política terrorista de Estado. Desde APEMIA iniciamos una campaña nacional reclamando la apertura de los archivos secretos. Adhieran con su firma al petitorio que estamos haciendo circular. Les pedimos que lo hagan propio y que lo difundan. En poco tiempo más, este petitorio será entregado a las autoridades nacionales junto a todas las organizaciones y personalidades que nos acompañan. Los familiares de las víctimas presentes en este acto saben de lo que estamos hablando. Ellos también han sufrido el maltrato y las intimidaciones de la SIDE, han pedido documentación adicional que nunca les fue entregada, han pedido los informes de los servicios extranjeros de terceros países que, como por arte de magia, pareciera que no existen, al igual que los cassettes. Nuestro reclamo para que “abran los archivos secretos” está íntimamente vinculado a la necesaria formación de una Comisión Investigadora Independiente del Estado para que los analice. Porque dejar los archivos en manos de quienes ocultaron las responsabilidades criminales del Estado, y ahora, después del juicio fraudulento, nos vienen con segundas partes de juicios igualmente impotentes, sería un verdadero despropósito. ¿Alguien puede imaginarse a un diputado o senador, a algún juez o fiscal, a algún abogado de la segunda línea del Estado analizando esa información, sin deformarla u ocultarla? En un país que enfrenta la descomposición de los aparatos judicial, legislativo y de seguridad, no se puede confiar en las segundas partes que ofrece el Estado, no se debe confiar en la promesa de una versión 2 de los juicios cuando la versión 1 acaba de liberar a los asesinos, ni siquiera se puede creer en un reclamo de “investigación de la investigación mal hecha” en manos del mismo aparato del Estado que maquilla sus políticas encubridoras designando a algún funcionario probo. Para que el árbol no nos tape el bosque, se trata de enfrentar al conjunto del aparato del Estado y no sólo a sus funcionarios corruptos. Por eso hay que cambiar el rumbo. Hay una salida contra la impunidad y es enfrentar al Estado que la organiza y nos la impone. Lo enfrentaremos junto a todas las organizaciones que nos acompañan en este que, pretendemos, sea un reclamo nacional. Queridos amigos: Antes dijimos que el gobierno Kirchner mantiene la boca cerrada. Durante los 15 meses de su gobierno firmó una decena de decretos. Con los primeros, reforzaba a Galeano.... con los siguientes preparaba el camino para la absolución de todos los inculpados. Y cuando se cumplían 10 años del atentado, el gobierno Kirchner que prometió abrir lo que sigue manteniendo cerrado -los archivos secretos- hizo desaparecer nuevamente las pruebas de los cassettes. De este modo, Kirchner se puso a la altura del encubrimiento que primero organizaron Menem, De la Rúa, Rodríguez Saá y Duhalde. Queremos advertir a toda la sociedad que en las oficinas de la Presidencia de la Nación, donde creen que lo mejor que pueden hacer es mantenerse en silencio, se preparan para hacer nuevos anuncios. El gobierno, que abandonó la persecución de la conexión local y jamás denunció la complicidad de sus socios internacionales en tanto encubrimiento, se prepara para anunciar la formación de una “CONADEP” de la AMIA. Advertimos que se trata de una nueva maniobra. Hace 20 años, con el informe “CONADEP” en la mano, se armaron los juicios que terminaron en la condena a los comandantes. Hoy es al revés: con un juicio oral terminado y fracasado, sustanciado con pruebas que se guardan en archivos secretos cerrados ¿para qué serviría una “comisión NO investigadora” integrada por funcionarios del mismo Estado que se dedicó a encubrir sus responsabilidades criminales durante estos 10 años?. Por eso, sólo a través de la integración de una Comisión Investigadora Independiente del Estado podremos analizar los contenidos de los archivos secretos, conocer toda la verdad y juzgar y castigar las responsabilidades criminales del Estado. A 10 años de la masacre de la AMIA A 9 años de la masacre de Río Tercero A 3 años de las jornadas del 19 y 20 de diciembre A 2 años de la masacre del Puente Pueyrredón A pocos días de la brutal represión en Plaza de Mayo Y cuando día a día se suman más víctimas del gatillo fácil, decimos Basta de impunidad!!! Abran los archivos secretos!!! Por una Comisión Independiente del Estado!!! Castigo a todos los culpables!!!
apemia2002@yahoo.com.ar